“Farruko”: el chico que se inspira en su abuelo para atajar en la arena

Todos en Pueblo Redondo lo conocen por “Farruko”, un apodo que aún ni él entiende por qué… En la arena apenas se está dando a conocer como portero de Puntarenas Junior. Tiene apenas 17 años, pero el técnico Willy Rodríguez le ha dado alas para que vuele en el arco en los albores del torneo. Su nombre: Carlos Bolívar Alpízar.

Ya lleva dos juegos como estelar y a pesar de que a veces los nervios lo quieren traicionar ha encontrado en su abuelo y en el equipo porteño todo el apoyo para salir avante en cada tapada. No olvida hincarse antes de cada inicio de partido en busca de la ayuda divina, además se dirige donde su abuelo para darle un fuerte abrazo, ya que es su fan número 1 en los partidos.

“Me concentro mucho en los entrenamientos y le pido a Dios que me ayude a hacer las cosas bien el día del partido, trato de calmar esa ansiedad y busco demostrar todo lo que tengo”, dijo Bolívar, quien cursa el quinto año y anhela desde ya ser bachiller.

Es el único de la familia que practica fútbol playa, una disciplina que conoció primero gracias al jugador Greivin Pacheco, estuvo entrenando un tiempo con Puntarenas FC y luego pasó a las filas del Puntarenas Junior.

“En estas primeras dos fechas me he sentido muy bien y he tratado de dejar el miedo atrás, la sensación de estar en la arena es muy linda y recibir el apoyo de los compañeros, del cuerpo técnico y de mi abuelo no tiene precio. Siempre me doy al máximo”, apuntó Bolívar, quien reiteró que cada tapada tiene un significado especial.

“Mi abuelito es mi mayor inspiración, es mi mayor apoyo, todo lo que hago es por él porque ha hecho muchas cosas por mí y le estoy eternamente agradecido”, finalizó.

El meta reconoció que jugar en la arena requiere de buena base física y de estar muy atento a cada movimiento.

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