Elizabeth Fonseca: la madre pastelera que aprendió a no ser egoísta

Elizabeth Fonseca Ramírez es una mujer que le encantan los retos…

Hoy día es jugadora de fútbol playa, pero también ha practicado otros deportes a buen nivel, además es profesional en Administración de Empresas y tiene un negocio propio como chef pastelera.

Cuando llegó a la edad de 25 años hizo una pausa en el camino y tomó la decisión de que era momento ver crecer a la familia, claro está que el cambio iba a ser radical, pues no iba a poder seguir con la misma intensidad su vida porque tenía no solo que pensar en ella sino también en un nuevo ser humano. Ser mamá por primera vez fue grandioso para Elizabeth y luego tener un segundo hijo una súper bendición. A pesar de que la vida es cada vez más dura y con pandemia incluida para nada se arrepiente de su condición de madre.

“La verdad siempre soñé con ser mamá joven para poder tener toda mi energía, quizás al inicio no estaba como acostumbrada a quedarme en la casa y no hacer nada en esa primera parte de la maternidad, pero ya después fui retomando cosas porque soy una persona muy activa, soy atleta y me ha gustado siempre hacer deporte”, indicó Fonseca.

En lo personal, Fonseca reconoció que ser mamá le ha ayudado a mejorar algunas actitudes de su pasado.
“Claro que el hecho de ser madre me cambió un poco la vida, pero para nada me arrepiento, antes era como una persona muy egoísta, estaba acostumbrada que todo era para mí, ahora todo se comparte, tuve que reestructurar mi vida, sacar tiempo para todos, mis hijos, el deporte, la familia y el trabajo”.

Elizabeth es de esas mujeres todo terreno por eso no dudó en probar la arena y forma parte del equipo de Primera División femenino Sámara ADG.

“Me críe en playa Sámara (Torito) y toda mi vida he jugado fútbol, mi papá siempre me apoyó. Estuve en Primera División con Nicoya, fui Juegos Nacionales varias veces, también a Juegos Centroamericanos y en una ocasión quedamos subcampeonas centroamericanas. Tengo varias amistades de fútbol playa que me decían que llegara a entrenar, hice la prueba y me gustó la arena, me ha devuelto ese espíritu de guerrera que siempre me ha caracterizado y ahora que mis hijos han crecido decidí darme mi tiempo y mi espacio y hacer lo que tanto me apasiona”, contó Fonseca.

Alesandro Villalobos (5 años) y Zoe Villalobos (3 años) son sus principales fans en la arena cada vez que la ven a ella que se pone la ropa para ir a entrenar y jugar le dicen que los lleve, sin duda toda una fuente de inspiración para una madre.

Fonseca tiene 30 años, es casada y reside en Los Bosques Don José en Nicoya.

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