“Es una gran alegría ser campeón y más cuando sabes que se ha llevado de buena manera este proceso, que lo iniciamos hace cuatro años con un equipo conformado por un grupo de amigos, les fuimos dando fundamentos, roce, se empezó a tener jugadores de experiencia, luego incorporamos a los jóvenes, fuimos mezclando y ya para 2017 teníamos muy claro que debía ser el año y se logró el Apertura. Esto no es obra de la casualidad”, apuntó Gómez, quien vive con mucha pasión desde el banquillo esta disciplina.
En su posición de dirigente y entrenador el estrés es constante, pues debe pensar en los entrenamientos, uniformes, pagos de arbitrajes, cancha, no descuida ni un solo detalle. Y en el banquillo hay momentos en que la tensión se vuelve cólera, lo que lo llevó en la pasada final a estar girando instrucciones desde afuera por expulsión.
“Qué más estrés que la organización de una semifinal y de una final, el estar siempre atento a los pagos, al reglamento, al equipo, pero es algo que uno disfruta y más cuando se logra el objetivo”, acotó.
Fuera del deporte, Gómez trabaja junto a su padre en una Agencia de Aduanas, “me encargo de la digitación en el departamento de exportaciones e importaciones”.