¡Nada es imposible! Y así lo demuestra el futbolista colombiano, Lorenzo Orellano Vallejo, quien nació sin el antebrazo izquierdo, pero esto no le ha detenido su sueño de convertirse en jugador.
Precisamente, en su tierra Colombia, hizo historia al convertirse en el primer jugador en situación con discapacidad en debutar en el futbol profesional de dicho país. Aquel 30 de abril del 2015 será muy recordado por él tras cumplir una de sus metas.

“Desde joven siempre he sido decidido, a los 15 años ya tenía contrato, y un año después pude debutar. Me convertí en el primer jugador con este tipo de discapacidad en debutar en el fútbol profesional. Mi mayor recompensa es devolver a mis padres un poco de lo mucho que me han dado”, indicó Vallejo.

Inclusive algunos doctores le indicaron que por su discapacidad no podía practicar fútbol, aun así, siempre miró al frente con optimismo y luchando por alcanzar ese sueño de convertirse en jugador.

“Nací así, nunca tuve mi antebrazo, y no me ha hecho falta. Mi cuerpo se acostumbró y siempre me muevo como si tuviera mi cuerpo completo. Mi motivación es mi familia, y siempre trabajo fuerte por todo el esfuerzo que ellos han hecho. Gracias a Dios porque él hace todo posible y no existe limitaciones sino condiciones mentales y que ante todo obstáculo se puede salir adelante”, agregó Vallejo.

Anteriormente había estado en varias oportunidades en Costa Rica, pero esta vez la vida le abrió una bonita oportunidad como fue practicar por primera vez fútbol playa. Precisamente este domingo fue refuerzo de Matapalo en la Súper Final de Copa.

“Siempre me ha gustado fútbol 11, vine a Costa Rica para jugar en Limón FC, pero algunas situaciones se dieron y no se concretó. Mi representante me lanzó la opción de jugar fútbol playa y la acepté. Nunca había jugado un torneo oficial, esta semana entrenamos y nos dedicamos aprender un poco sobre el deporte como técnica, regla, y qué se puede o no hacer. Al final fue una experiencia muy enriquecedora”, dijo el jugador.

El oriundo de Cartagena describe a Costa Rica como un gran país que le ha permitido sentirse en casa por el buen trato de su gente, pero a la vez reconoce que por momento extraña su tierra.

“Ya había venido como dos veces más y el país me pareció muy hermoso, es pequeño pero las personas muy amables. Mi familia está en Colombia, no me ha dado mal de patria, pero mi país es mi país. A veces extraño a mis padres, pero en ocasiones hacemos video llamadas y los siento cerca”, expresó el cafetero.

Ahora, Vallejo, menor de tres hermanos, pone su mirada para el futuro, y quiere continuar en nuestro país siguiendo haciendo historia y demostrándole a la vida que ante cualquier adversidad se puede salir adelante.