Árbitro de fútbol playa resguarda la frontera contra el Covid-19

Por Alexander Loría
Luis Enrique Torres impone orden en la arena y en la calle… Con su silbato imparte justicia en los partidos de Primera División de la Liga de Fútbol Playa y con su uniforme, arma y esposas hace que se cumpla la ley en el país.

Este árbitro de Fútbol Playa es Policía de la Fuerza Pública desde hace un año y se encuentra en Los Chiles resguardando la frontera ante la amenaza de un incremento en la migración de nicaragüenses a Costa Rica por el Covid-19.

Su tarea no es sencilla, pues debe vigilar zonas propensas al paso de ilegales al país y a la vez debe tener cuidado de no contagiarse de Coronavirus.

“La labor es detectar personas que intentan ingresar indocumentadas al país ya que nuestros vecinos del Norte no están prestando el debido protocolo con esta enfermedad y las personas que ingresan pueden estar contagiadas y llegar a infectar gran parte de nuestra población. Para esto se hacen retenes en carreteras, patrullajes a pie en zona fronteriza y recibimos apoyo aéreo para ubicar gente escondida y así poder interceptarlos.  Son casi 300 kilómetros de frontera”, comentó Torres.

Lejos de su casa en Cachí de Cartago, Torres sigue al pie de la letra también las medidas de Salud en el momento de tener contacto con las personas.
“Lo que más sacrificio conlleva es tu seguridad y la de tu familia, ya que uno está expuesto a la enfermedad del Covid 19 más que nadie, uno trata a las personas y no se sabe quién puede estar infectado. La recomendación de los superiores son las mismas del Ministro de Salud, mantener la distancia entre compañeros, lavarse las manos cada 30 minutos, usar gel a base de alcohol y en especial a la hora de abordar personas mantener el mínimo contacto con ellas y si se observa algún síntoma coordinar con superiores para que la persona sea trasladada a un centro médico”, afirmó Torres.
Cumplió su sueño de niño
Torres indicó que desde niño añoraba con crecer para ser policía, pero el proceso no fue tan corto en el momento de la prueba de la verdad. Tuvo que esperar casi dos años para ser elegido.
“Siempre quise ser policía, antes me dedicaba a la agricultura con mi padre e íbamos a las ferias del agricultor a vender los productos, poco a poco el sector agrícola se fue complicando hasta que mi padre decidió cambiar de actividad y puso un bar y restaurante en el sector de Cachí, el Rancho Urasca, ahí estuve trabajando con él y ahí decidí que iba a cumplir mi sueño de ser policía, me recluté para el ministerio y a los dos meses me llamaron para iniciar el proceso de selección todo se tardó casi 2 años”, recordó.
Para Torres el ser policía conlleva una gran responsabilidad porque “uno debe ser disciplinado, tener ganas de servir a la patria y tener el valor de enfrentar situaciones de vida o muerte y mucha cabeza fría”.
En estos momentos está lejos de la arena porque el campeonato de Primera está de momento frenado por la pandemia. Espera que cuando todo vuelva a la normalidad poder acomodar su horario de trabajo para impartir justicia en la arena los fines de semana.
“Físicamente me encuentro bien porque uno debe estar en condiciones para cumplir como policía y comer sanamente”, finalizó.
Torres es árbitro de fútbol playa desde 2015 y gafete FIFA desde 2019.

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