Michelle Zumbado es jugadora de Dimas Escazú y combina el deporte con su labor de madre de dos hermosas niñas, Samantha de 9 y Natalia de 6, son su motor, la energía diaria y cada vez que salta a la arena piensa en ellas.
Indicó que ambas son una gran bendición de Dios y que gracias a ellas ha conocido muchas virtudes de ser madre.
“Es algo que uno no puede explicar en pocas palabras, pero creo que se resume bien en decir que a partir del momento en que ellas llegaron a mi vida entendí el verdadero significado del amor incondicional, es algo único y verdadero que no se experimenta hasta que no se es mamá”.
Ha aprendido a ser más paciente y ahora es hasta más cuidadosa al momento de hacer las cosas. No está sola en su tarea de madre también ha recibido el apoyo de su esposa y de su mamá.
“Gracias a Dios ellas han sido muy saludables y nunca he tenido ninguna mala experiencia, aparte de las gripes comunes”, dijo Zumbado.
A sus hijas les encanta el fútbol playa y viajar con ella a los partidos, “les gusta echarme porras y dicen que quisieran llegar a jugar algún día”.
Zumbado vive al máximo su rol de madre y jugadora.